978-84-1344-344-7 Título
Cómo Sobreviví 15 Meses Entre Rejas  
Autores Sánchez Cogedor, Santiago           
Editorial Alienta Editorial  Nº edición  Año  Jun/2024
Colección  Alienta  Nº colección  Páginas  272 
 
Materias






Derechos humanos
Encuadernación  Rústica 
Largo  213  Ancho  135 
Idioma  Castellano 
Estado
Sin stock
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  P.V.P. 
 
   18,95
 
 
Reseña del libro
EL BRUTAL TESTIMONIO DE UN HOMBRE INOCENTE  
Este libro se lee como una novela de acción, pero no hay ni un sólo párrafo de ficción en él. Lo que hay es una historia impactante, con giros sorprendentes, aventuras y desventuras: la historia de un hombre que vivió un infierno y logró salir de él.
Santiago Sánchez Cogedor, un ciudadano español que viajaba a pie hacia Catar para asistir al mundial de futbol, jamás imaginó lo que el destino le deparaba. Su odisea empezó cuando fue arrestado en Irán y acabó encarcelado en una de las prisiones más infames del mundo. Detenido después de visitar y fotografiar la tumba de la joven Mahsa Amini, cuya muerte desató una oleada de protestas en todo el país, fue acusado de espionaje.
Este libro narra la impactante historia de más de 15 meses de encarcelamiento, 85 días en aislamiento, enfrentando condiciones vejatorias, abusos contra los derechos humanos y el desafío de mantener la cordura en soledad, donde su única compañía eran las hormigas con las que hablaba.
Soportó malos tratos, vejaciones y humillaciones de todo tipo y tuvo que luchar contra los impulsos negativos de su propia mente, que le hacían creer que nunca saldría de ahí y que le esperaba el peor de los destinos, como les ocurría a diario a otros reclusos.
Su relato representa un testimonio real de resistencia feroz, escrito con una naturalidad absoluta, una franqueza que desarma y una frescura sorprendente.
 
 
Bio-bibliografía del autor
Santiago Sánchez Cogedor se convirtió en un símbolo de resiliencia y solidaridad tras ser injustamente encarcelado en Irán durante 15 meses. Nacido en Madrid en 1981, se define como «aventurero, deportista y soñador». Dentro de la cárcel organizó torneos de fútbol, voleibol y ajedrez, dio clases de español a los reclusos y aprendió a hablar persa, el idioma local. Asimismo, estableció una conexión significativa con otros prisioneros, que le agradecieron su espíritu positivo y su carácter alegre, a pesar de las circunstancias. Ahora libre, Santiago se dedica a compartir su experiencia, abogando por los derechos humanos y demostrando su inquebrantable espíritu de ayuda y esperanza.