978-956-40-7261-6 Título
Principios de derecho penal. La ley del delito  
Autores Jiménez de Asúa, Luis           
Editorial Ediciones Olejnik  Nº edición  Año  Abr/2023
Colección    Nº colección  Páginas  480 
 
Materias






Parte General. Teoría del Delito y de la Pena
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Estado
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Reseña del libro
El Derecho penal de hoy es un Derecho público, normativo, valorativo y finalista que tiene la norma y el bien jurídico como polos de su eje y cuya naturaleza es eminentemente sancionadora.
El Derecho penal de hoy es un Derecho público, porque sólo el Estado es capaz de crear normas que definan delitos y que impongan sanciones en holocausto al apotegma liberal nullum crimen, nulla poena sine lege. El Derecho disciplinario, que una sociedad puede aplicar a los miembros que la forman, nada tiene que ver con el Derecho penal de carácter público, y por eso, al fijar el “tipo”, puede permitirse la vaguedad que le está prohibida al legislador en sus Códigos.
Desde muy antiguos tiempos el Derecho penal lucha por hacerse “público”, es decir, objetivo, imparcial. En último término, para lograr ese rango que andando el tiempo se titulará liberal. La lucha entre la “venganza de sangre” o la “expulsión de la comunidad de la paz”, reacciones de las tribus contra el delincuente, sin medida ni objeto, y el “poder del Estado” para convertir en públicos los castigos, es un combate por la imparcialidad (y, por ende, por el liberalismo) de nuestra rama jurídica.
LUIS JIMÉNEZ DE ASÚA 
 
Bio-bibliografía del autor
Fue catedrático de derecho penal, miembro del PSOE y una figura fundamental en la arena política española durante la dictadura de Primo de Rivera, la II República y el periodo del exilio de las instituciones republicanas. Tras encontrar la vocación en la investigación y la enseñanza del derecho penal, obtuvo la cátedra luego de doctorarse y realizar varias estancias de investigación en Europa. Al volver a España comenzó a luchar activamente contra la dictadura de Primo de Rivera, para posteriormente convertirse en diputado del PSOE durante las tres legislaturas del periodo republicano. A causa de su activo papel durante la II República, una vez que se consumó la instauración del régimen franquista se vio obligado a instalarse en Argentina, donde además de convertirse en una referencia internacional dentro del derecho penal, llegó a ser Presidente de la II República en el exilio, cargo que ostentó hasta el día de su muerte.