978-84-9942-558-0 Título
Abogado descalzo, El "La lucha de un activista ciego por la justicia y la libertad en China"  
Autores Guangcheng, Chen           
Editorial Ediciones Peninsula, S.A.  Nº edición    Año  Ene/2017
Colección  HUELLAS  Nº colección  Páginas  472 
 
Materias






Abogacía y Gestión de Despachos
Encuadernación  Rústica 
Largo  230  Ancho  150 
Idioma  Castellano 
Estado
Sin stock
Sin stock
  P.V.P. 
 
   23,90
 
 
Reseña del libro
Una mañana de abril de 2012, Chen Guangcheng emprendió la huida. Llevaba cuatro años de prisión y dos de arresto domiciliario por actuar como «abogado descalzo» -letrado sin título- defendiendo los derechos de los más desfavorecidos. Tardó casi un día entero en salir de su aldea: ciego desde la infancia, Chen había tenido que memorizar el recorrido de su fuga, a través de muros y patios del vecindario, para no tropezar con los guardias que rodeaban su casa, que en realidad ocupaban todo el pueblo para vigilarle. Días después, y tras una persecución en coche, consiguió llegar a la embajada estadounidense en Pekín. Aunque allí empezaría otra batalla que iba a pelearse al más alto nivel.

Esta es la historia de un hombre que se rebeló contra el destino que le esperaba como invidente en la China rural de los ochenta, a quien nadie enseñó a leer y escribir hasta los dieciocho años, que llegó a la universidad a costa de no comer para pagar la matrícula y que desde el principio tuvo claro que debería luchar para ganarse sus derechos más básicos como ciudadano. Es la historia de un activista inusual que nunca aceptó que le pusieran límites y siempre creyó en la capacidad del espíritu humano de superar cualquier obstáculo.
 
 
Bio-bibliografía del autor
Chen Guangcheng (Dongshigu, Shandong, 1971) creció en la China rural y no asistió a una escuela especial para invidentes hasta bien avanzada la adolescencia. De allí pasó a la universidad, donde estudió medicina tradicional china, una de las pocas carreras que le estaba permitido cursar. De regreso a su aldea de origen, se dedicó a la defensa de los derechos de los discapacitados, reivindicando que pudieran viajar en transporte público sin pagar -como dictamina la ley china-, a luchar por conseguir agua potable para su pueblo y a denunciar las esterilizaciones forzosas derivadas de la política del hijo único. Su activismo le acabó llevando a la cárcel: en 2006 fue sentenciado a cuatro años de prisión y a continuación fue obligado a permanecer en su casa durante dos años más, hasta que en 2012 emprendió una larga y finalmente exitosa huida hacia la libertad. Desde entonces vive en Washington D.C. con su mujer y sus dos hijos. Ha fundado una ONG para luchar por los derechos humanos en China y ha recibido los premios Ramon Magsaysay, el Lantos Human Rights Prize, y el Westminster Award del Parlamento de Reino Unido.